domingo, 24 de agosto de 2008

Mitos y Leyendas

LA SALAMANCA

En nuestras montañas, la Salamanca fue siempre una cueva oculta a un costado del camino, a la que se entraba por una disimulada grieta.
Pero había, que ser valiente. Y estar decidido a reclamar los favores de Satanás. Además, era necesario pedirle permiso al malo, y cuando la víbora (su portera) se adelantaba para guiar al visitante, este debía maldecir el crucifico que estaba cabeza abajo, en la entrada de la cueva, que se abría inmensa y misteriosa ni bien se atravesaba la grieta.
Al penetrarse en el gran templo del demonio, todo era deslumbrante, imposible de comparar con cualquier palacio de la tierra: allí se veían los más ricos cortinados, los cristales más brillantes, mármoles, soberbios…
Y a la vista del atrevido se presentaba Satanás rodeado siempre de los animales mas asquerosos: arañas de toda clase, veneno y color; sapos, culebra, lechuzas…
Pero ¡a no asustarse!, porque esas eran las pruebas a que el maligno sometía al audaz visitante que debía dejar que las víboras se enroscara en su cuerpo; que los insectos mas horribles le acariciara la piel…
Pero… ¿y para que?
Solo después de atravesar las pruebas mas difíciles todavía-como caminar sobre el filo de un largo puñal, tendido entre dos abismos-, el diablo aceptaba el alma del recién llegado a cambio de hacerlo coparticipe de sus poderes infernales lo conducía hasta la sala de la bruja y los magos, que lo atraían con sus melodías jamás escuchadas; y allí se encontraba con hombres y mujeres de gran belleza que lo invitaban a disfrutar de fiestas nunca soñadas…
Por fin, el aspirante salía dueño de la ciencia infernal, y dueño sobre todo de realizar su mayores deseos: quien sintiera envidia de su domador mas jinete que el saldría en condiciones de amansar el potro mas salvaje; quien fuera insaciable en el amor, capaz de todos los corazones…
Pero muchos, también, salían opas, locos o tontos. Porque alcanzar el poder del demonio fue siempre una ambición demasiado cara.

Esta leyenda existe actualmente en nuestra localidad de Chuscha...
La Telesita
Este tema encierra una historia netamente santiagueña .la historia de una mujer cuya fama trascendió el tiempo. la historia de quien fuera conocida como la telesita
Y la pregunta nos embarga a todos: ¿Quién fue la telecita? Según cuenta la gente, su nombre fué Telesfora Castillo, hija natural de Felipa Castillo, nacida a orillas del río Salado (Santiago del Estero) allá por 1890.Era una joven casta, que huía de los hombres y vivía en los montes sola y sin familia
Esta adolescente, de espíritu inocente y rara belleza, tan solo cubría su virginal cuerpo con una larga camisa de lienzo, mal hilvanada y llena de hilachas que ella misma desgarraba. era muy afecta a los bailes y, al llamado del bombo, recorría largas distancias de un paraje a otro y aparecía como "caída de las nubes" y bailaba asta el amanecer, deslizándose luego, sin ser vista, a los montes.
Viejas narraciones de personas que conocieron su historia, aseguran que dormía donde las sorprendía la noche, en cualquier rodeo o rancho y, a veces, bajo la espesura de los montes, a la luz de la luna o a las sombras de la noche. No era de extrañar que a la bella Telesita se la veía frecuentar asiduamente las proximidades de algún boliche del pago y, alguna vez, en la misma ciudad de Santiago del Estero donde se la conocía por sus originales cantos que terminaba siempre bailando.
Era infaltable de los carnavales y de los bailes del angelito donde permanecía días y días bailando, pues amaba la música con deleite de su alma y, cuando la escuchaba, saltaba, silbaba, cantaba y bailaba llena de una emoción profunda, empujada por la pasión de su espíritu inquieto y angelical.
La fiesta termina a la madrugada y la imagen de Telesita es quemada recordando así su trágico destino la "teleciada" a concluido…

No hay comentarios: